¡Menos historia hoy, menos ciudadanos mañana!

Por segunda vez en diez años, el gobierno de Sebastián Piñera quiere eliminar o disminuir las horas de historia en los cursos de tercero y cuarto medio. El ministro de educación Joaquín Lavín intentó ya en 2010 disminuir las horas de historia y tuvo que hacer marcha atrás frente a la reacción de la sociedad. Lo que se persigue es definitivamente adecuar la educación a las necesidades del sistema económico que domina el país y el mundo: las materias que conducen a ser un humano rentable, productivo y con el enriquecimiento individual como meta de la vida siguen obligatorias. Las que permiten respetar al famoso axioma de “un espíritu sano en un cuerpo sano” (mens sana in corpore sano) serán entonces optativas.

Esta concepción societal es totalmente errónea porque, hoy más que nunca, nuestra sociedad necesita ciudadanos responsables, conscientes de la realidad y capaces de analizar, reaccionar, criticar y manifestar su opinión. Nuestro sagrado sistema economicista sin límite y sin conciencia de sus consecuencias está causando el deterioro irremediable de nuestro planeta, poniendo en riesgo, para no decir más, el futuro de las próximas generaciones.

El estudio de la historia es primordial para analizar la realidad, ponerla en su contexto (¡nada ocurre porque si!) y proponer soluciones alternativas. A la hora de la corrupción en muchos servicios públicos, de las coimas, de la colusión entre grandes empresas y del sentimiento generalizado que a nivel individual no es mucho lo que podemos hacer, tener un cuerpo social formado y consciente constituye probablemente la única solución hacia el cambio. La historia no es la única materia que permite esto pero, definitivamente, representa un camino hacia aquella concientización.

Los miembros del gobierno actual estudiaron historia en su juventud hasta cuarto medio. ¡Tienen entonces las herramientas para recapacitar!

Patrick Puigmal

Doctor en Historia

Universidad de Los Lagos

Sitios de utilidad